CONCEPTO
La palabra atropello tiene en sentido amplio, el significado de “pasar precipitadamente por encima de algo”, en Medicina legal se refiere a un tipo especial de violencia que tiene lugar como consecuencia del encuentro entre un cuerpo humano y una multitud, vehículo o animal en movimiento. Nosotros centraremos su estudio en el encuentro del cuerpo con un vehículo de tracción mecánica. Como concepto elemental, además, conviene recordar que la energía que se libera en el impacto entre el vehículo y la víctima del atropello, está directamente relacionada con la masa o peso del vehículo y el cuadrado de la velocidad de éste (Energía = masa x velocidad2).
TIPOS DE ATROPELLO
En base al tipo de vehículos atropellantes podemos clasificar:
• Vehículos con ruedas no provistas de neumáticos
Vehículos de tracción animal. Las características de estos vehículos a efectos lesivos es su reducida velocidad y una relación inversa entre peso - velocidad, unido al tipo de rueda que explica los cuadros lesivos que producen. Respecto a las ruedas hay que resaltar que actualmente muchos de estos vehículos ya llevan ruedas neumáticas.
Vehículos de trayecto obligado. Están representados por los trenes o ferrocarriles, que presentan las características de deslizamiento sobre raíles, ruedas metálicas con superficie de apoyo plana y provistas de una pestaña lateral, gran peso y velocidad.
• Vehículos de ruedas neumáticas
Bicicletas: De poca estabilidad, peso reducido y escasa velocidad e interés para el caso que nos ocupa.
Motocicletas: De mayor peso y velocidad.
Automóviles: mayor peso y velocidad según cilindrada.
Autobuses o autocares y camiones: A la velocidad se añade un considerable aumento en la masa y peso, que los hace mucho más lesivos.
En cuanto a la clasificación de los atropellos por su etiología médico legal debemos considerar las siguientes:
• Etiología médico legal accidental. La más frecuente e todas ellas.
• Etiología médico legal suicida. Cuando la persona va al encuentro del vehículo.
• Etiología médico legal homicida. Que es la que nos interesa analizar como mecanismo femicida.
Por último se clasifican, en cuanto a las fases que a continuación veremos:
• Atropello completo. Cuando se dan todas las fases.
• Atropello incompleto. Cuando falta alguna de ellas.
FASES DEL ATROPELLO
La violencia traumática del atropello se desenvuelve en fases, cada una de las cuales suele marcarse en la víctima por unas lesiones determinadas. El conjunto de éstas, con el predominio de unas u otras y su localización, dan lugar a determinados tipos de lesiones, que resultan de interés para la reconstrucción de las circunstancias en las que se produjo el atropello y la identidad del vehículo atropellante.
En general, los tiempos que constituyen las fases del atropello siguen un orden determinado, sucediéndose unos a otros aunque, con relativa frecuencia, pueden faltar algunas de ellas. Distinguimos las siguientes:
Fase de choque
Se caracteriza por el encuentro violento del vehículo con la víctima.
Proyección – caída acelerada
Existen dos variedades de esta: la proyección-caída acelerada al suelo y la que tiene lugar cuando la proyección del cuerpo del atropellado tiene lugar hacia arriba con lo que la caída ocurre sobre el propio vehículo, en su parte delantera, sobre el parabrisas y aun sobre el techo del coche. Esta segunda variedad, ha sido llamada “caricamiento”.
Aplastamiento
Esta fase el vehículo alcanza a la persona que yace en el suelo, toma contacto con ella y le pasa por encima.
Envolvimiento – arrastre
El cuerpo golpea con las partes bajas del vehículo, rota sobre su eje y a veces es enganchado con materiales salientes de éste y arrastrado.
CUADROS LESIVOS
Las lesiones que hallemos en el cadáver tendrán una relación con cada una de las fases descritas.
En la fase de choque
Las lesiones consisten sobre todo, en contusiones y heridas contusas muy a menudo acompañadas de fracturas subyacentes a la lesión cutánea. Unas u otras lesiones se producen según la naturaleza y parte del vehículo que se pone en contacto con la víctima además de la fuerza viva que lleve éste. La altura de del vehículo condiciona igualmente la localización de las lesiones, que corresponde normalmente a las extremidades inferiores.
En la fase de proyección - caída acelerada
La proyección - caída acelerada sobre el suelo da lugar a lesiones del tipo de contusiones profundas, heridas contusas, luxaciones, fracturas y lesiones de vísceras. La localización es predominante en la parte superior del cuerpo, especialmente en la cabeza y extremidades superiores.
En cuanto a la proyección - caída sobre el propio vehículo, va a dar lugar a lesiones contusas variadas por el nuevo impacto contra el vehículo que a veces incluso lo amortigua parcialmente, y podremos observar con frecuencia la incrustación de cristales en la piel al romperse el parabrisas.
En la fase de aplastamiento
Las lesiones varían sensiblemente por su naturaleza y su gravedad, según el tipo de vehículo atropellante y poseen un gran valor identificador.
Se producen lesiones osteoarticulares de localización variable, que dependen de la parte corporal afectada por el aplastamiento, las cuales varían desde las luxaciones a la fracturas.
Las lesiones viscerales, se traducen en rotura y estallido de vísceras como es el caso de hígado y bazo. con frecuencia la causa final de la muerte.
Fase de envolvimiento – arrastre
En esta fase se producen quemaduras por el tubo de escape y excoriaciones situadas sobre las partes descubiertas y salientes del cuerpo que adoptan normalmente la forma de estrías o líneas alargadas, denominadas placas de arrastre o excoriaciones en brocha. Además en la piel se observa la incrustación de material del terreno.
Las fases descritas, constituyen el atropello completo.En muchas ocasiones, faltan una o varias de las fases indicadas, formando combinaciones diversas, todas las cuales se reúnen bajo la denominación de atropello incompleto.Las variedades más frecuentes del atropello incompleto son:
• Cuando la víctima yace en tierra, como es lo frecuente en casos de suicidio o la persona está inconsciente, faltan las dos primeras fases, o sea las de choque y proyección caída, iniciándose las lesiones en la fase de aplastamiento.
• Cuando la persona está inconsciente por agresión previa y yace en el suelo, es habitual que sea atropellada repetidas veces por el vehículo.
• Cuando la persona se encuentra en pie en el momento del atropello, éste se reduce al choque y a la proyección caída, faltando las dos últimas fases pues queda el cuerpo fuera de la trayectoria del vehículo.
• El envolvimiento y más el arrastre es aleatorio, ya que está condicionado a la existencia de alguna parte saliente del vehículo que enganche a la víctima, o al arrollamiento de las ropas de ésta por los ejes u otras partes giratorias del vehículo.
En general podemos decir que nos vamos a encontrar con lesiones craneoencefálicas fundamentalmente por la fase de choque, si se trata de autobuses o camiones y por la fase de proyección caída acelerada al impactar la cabeza contra el suelo. Son casi constantes en estos casos las fracturas del cráneo, unidas a lesiones contusas o hemorrágicas del encéfalo. Tienen una gran mortalidad.
Las lesiones esqueléticas del tronco y columna con frecuencia van asociadas a las alteraciones craneoencefálicas y las fracturas de las extremidades, siendo más características las lesiones de extremidades inferiores por la fase de choque, y de las superiores por la proyección – caída acelerada al intentar la víctima poner las manos en el impacto contra el suelo.
Las lesiones de las vísceras toraco-abdominales se producen sobretodo por el aplastamiento, siendo frecuente las roturas pulmonares por enclavamiento de los extremos fracturados de las costillas y la contusión – rotura cardiaca traumática por la fractura de esternón.
La muerte se produce también tardíamente por complicaciones principalmente hemorrágicas.
Por último es de resaltar las escasas lesiones externas que presenta el cadáver en relación la gran cantidad de lesiones internas.
PROBLEMAS MÉDICO FORENSES
• El diagnóstico de muerte violenta, es el primer problema que hay que resolver, cuestión que no entraña dificultades dada la riqueza de signos traumáticos que presentan este tipo de muertes.
• La etiología médico legal homicida, suicida o accidental.Los atropellos accidentales son la etiología más frecuente de todas ellas pero también lo es como medio suicida con una marcada preferencia por los vehículos de gran masa y velocidad, que son los que producen lesiones de mayor gravedad y, por tanto, mayor probabilidad de que se consuma el suicidio. Dentro de ellos los trenes, que por ser de trayecto obligado no pueden ser desviados por el conductor y presentan una multiplicidad de lesiones con amputaciones de miembros que incluso hacen difícil la identificación.
• En la variedad de etiología médico legal homicida las conductas más habituales en la práctica se realizan:
- Empujando a la víctima, que se encuentra distraída, para que caiga bajo el vehículo.
- Otra de las posibilidades, es ir al encuentro con la víctima lo que significa un seguimiento de criminal hasta esperar el momento oportuno para llevar a cabo la acción. Además una planificación detallada del femicidio, cuyo resultado final de muerte puede verse facilitado por estados fisiológicos como embarazo, o limitaciones como la sordera, la ceguera, la lentitud de movimientos por diferentes patológicas, etc., que la hagan más vulnerable.
- Otra, sería maniatarla, o previa pérdida de conciencia, hacer pasar el vehículo por encima.
• La causa de la muerte, la observaremos en la destrucción de centros vitales, como los cerebrales por el traumatismo craneal o la hemorragia interna y externa, o el shock traumático.
• La data de la muerte, nos servirá igualmente para la reconstrucción.
• Atropello vital o postmortem, íntimamente ligado al femicidio, en el que se intenta disimular el mecanismo de muerte aparentando un atropello accidental. Se observarán las lesiones del atropello sin reacción vital alguna y las que realmente la causaron, que siempre estarán presentes en el cuerpo de la víctima. Es decir, se valorará qué lesiones de las presentes pueden ser debidas al atropello postmortem y cuáles han de ser atribuidas a violencias inferidas por una agresión de otra.
• Identificación del vehículo atropellante.Tiene gran interés porque nos puede conducir a la identificación del criminal. Una orientación inicial sobre el tipo de vehículo la tendremos en relación a la gravedad del cuadro lesional.
El tipo de ruedas y las lesiones que dejan en la superficie corporal son de extraordinaria importancia en el caso de ruedas neumáticas por la impronta que dejan en el cuerpo.
En primer lugar se debe encontrar las lesiones del paso del vehículo por encima de la víctima y entre las que destacamos:
• Desprendimientos subcutáneos de la piel, resultado de un pellizcamiento entre el suelo y el neumático, que por su adherencia arrastra la piel. Como resultado del desprendimiento cutáneo pueden formarse derrames linfáticos denominados de Morell-Lavallé y verdaderas bolsas rellenas de sangre.
• Arrancamientos de fibras musculares, a distancia, a veces, del punto de paso de las ruedas.
• Signo del salto traumático, que consiste en la existencia de dos lesiones superficiales separadas por una zona de tejidos indemnes, lo que sería debido a una pérdida de contacto del vehículo con la víctima, a consecuencia de su velocidad.
• Placa apergaminada estriada que los casos favorables, placa reproduce con fidelidad el dibujo de las cubiertas o neumáticos.
Por último, las lesiones profundas, tanto óseas como viscerales, que aun sin ser específicas, completan el cuadro.
Completaremos el estudio de la identidad del vehículo atropellante con:
• El examen del lugar del suceso, a menudo decide el problema por la presencia de huellas sobre el terreno, suficientemente características, como el moldeado de neumáticos, fragmentos de cristales, etc.
• El examen en los vestidos y en la epidermis de manchas y depósitos de materiales diversos, en relación con la naturaleza del vehículo, el color de que estaba pintado además de las huellas de neumáticos ya descritas.
• Minucioso examen del vehículo sospechoso de haber sido el agente material del atropello, se descubrirá, en ocasiones, restos orgánicos (manchas de sangre, pelos, fragmentos de sustancia cerebral o de otros tejidos u órganos), cuyas características individuales permitirán demostrar o excluir su procedencia de la víctima. Este mismo papel identificador lo desempeñan otras fragmentos o hilachas de los vestidos que llevaba la víctima.
• Necroidentificación, tanto del cadáver como de miembros amputados que en algunos casos como los atropellos por vehículos de trayecto fijo puede resultar complicada .