EL PROBLEMA DE LA IGUALDAD

No podemos negar que el siglo XXI ha procurado igualarlo todo. Es lógico. Para lograr igualdad de derechos parece “necesario” que, entonces, todos seamos iguales. Sin embargo, tarde nos daremos cuenta del error de esa igualdad. No somos iguales. El hecho que la persona humana sea igual en su naturaleza humana, el hecho de que conviene que todas las personas sean iguales ante la Ley, el hecho de que no haya discriminación en la protección de los Derechos Humanos no significa -no puede significar-, igualdad ante la ley, igualdad procesal, igualdad de derechos. ¡Cuidado!
¿Por qué surge, desde los Derechos Humanos, desde una seria Teoría de los Derechos Humanos, desde el Derecho Constitucional el principio de no discriminación? Los expertos se han dado cuenta desde finales del siglo XX que la igualdad es una falacia y que predicar la igualdad es producir, necesariamente, desigualdad y discriminación. La mayor discriminación que podemos hacer con las personas es la igualdad entre desiguales. Así se define el amor de las madres: querer de forma desigual a los hijos desiguales”. 
Hemos dicho, no sin preocupación, que la reforma constitucional de junio del 2011 nos agarro sin la formación necesaria en una Teoría de los Derechos Humanos, que nos puede llevar a equivocarnos, seriamente, en relación a la persona humana individual y, en especial, la persona humana en sociedad. Si una realidad vemos, cada día, en cada momento, son las claras desigualdades que se dan entre las personas. El peor daño que podemos causar a la humanidad del siglo XXI es producir igualdad donde hay desigualdad. 
Tan claro lo que estoy escribiendo que, en contradicción con el discurso de igualdad hay leyes que producen la defensa de la desigualdad. El feminicidio como delito es reconocimiento de la desigualdad; los distintos derechos laborales entre varón, mujer y niños es reconocimiento de la desigualdad; juzgar con perspectiva de género es, en definitiva, reconocer la desigualdad entre los distintos autores, desde las distintas víctimas.